Patrimonio histórico

Casa de la Maleta

Casa da Maleta

La Casa de la Maleta también es conocida como el Chalé del Adriano, pero su nombre original es “La Perla del Sur”, en recuerdo de la ciudad cubana de Cienfuegos. Este patrimonio arquitectónico fenés es la huella del Indiano Antonio Fernández Fernández.

Antonio Fernández (apodado “Adriano”, por el nombre del padre) nació en 1866 y con solo 16 años emigró de polizón hacia Cuba en la búsqueda de un futuro más próspero que hasta en ese momento llevaba dedicado a labores agrarias.

Se asentó en la ciudad de Cienfuegos y con una corta experiencia como aprendiz de carpintero comenzó a trabajar en el ferrocarril. Aunque, como sabemos, tenía poca experiencia en la técnica, su saber hacer lo llevó a convertirse en un contratista y constructor de éxito.

Tal fue la pequeña fortuna y la posición que ganó que, en el año 1900, con 34 años, marchó de Cuba para Galicia y nunca más volvió a la isla caribeña. Se asentó en Barallobre y creó un taller de carpintería, así como un pequeño astillero en la ribera de Maniños donde era él mismo quien diseñaba las embarcaciones que servirían, más tarde, para asentar una empresa familiar de transporte marítimo. Entre otras rutas cabe destacar los servicios regulares de la Ría de Ferrol, los trayectos Ferrol-Coruña e incluso los Puerto de Santa María – Cádiz.

Además de su labor filantrópico para con sus vecinos, también tuvo ocasión para diseñar él mismo su vivienda: La Perla del Sur. Esta vivienda erigida en 1921 en un promontorio de Barallobre, ofrece unas inmejorables vistas de la ría de Ferrol. Es una de las primeras viviendas de la zona hecha con hormigón y su diseño exterior está compuesto por 8 fachadas que presentan influencias diversas propias de la arquitectura ecléctica indiana; modernismo y neoclasicismo. Si algo destaca de la zona exterior es el mirador sobre la terraza, un templete compuesto por ocho columnas sobre el que se erige una cúpula nervada y, sobre esta, una estatua del propio “Adriano” en la que porta una gabardina, una maleta y un faro; símbolos del Indiano retornado.

En palabras de los familiares de Antonio Fernández, era un hombre republicano, comprometido con su tiempo, universalista, con conciencia de clase y solidario. Prueba de esto son los interiores del chalé, donde dispuso cinco placas de mármol con las siguientes inscripciones: La Patria, El pasado, El presente, El Porvenir, Queda dispuesto. También dejó grabado en la casa su lema: El trabajo es mi Dios, el mundo mi tumba.

En la actualidad, la casa pertenece a Antonio Somorrostro, sobrino-nieto del “Adriano”. Este edificio centenario se puede alquilar como alojamiento turístico gran parte del año.